Te has acercado sigilosamente, y a veces yo deseando ir contigo.
Tu sabes la complicación del puzzle, detective del vacío.
Ahora la momeda cae por la otra cara, ya no existe máscara ni miedo al exilio.
La lluvia solo cae con la alegría, porque entendido está tu libro.
Descubrí donde se haya la batalla, y con cada paso la he vencido.
Donde se muestra la ilusion de ver amanecer, el poder de hacer crecer como moneda del destino.
Un consejo te doy amigo mío, nunca perdiste el rumbo, tan sólo la brújula del mejor camino.
Sergio Ilardia (Director de Centro Dekilibre)